sábado, 26 de mayo de 2007

CCXCVI... Hablador.- "Duda razonable"

semana: 18-05-2007
tema: El balcón
ganador: Hablador
título: Duda razonable

En la explicación de los hechos no se argumenta cómo pudo abrir la puerta del balcón para salir. Se puede conjeturar que estuviera abierta o que en todo caso la manilla no fuera difícil de girar. De cualquier forma se puede asegurar que a duras penas se asomó por la baranda, tal vez apoyara la barbilla en la fría superficie metálica o simplemente contemplara el exterior entre la separación de los barrotes. También es seguro que su atención debió centrarse en algo que le atrajo desde fuera, que regresó dentro para coger carrerilla, que no lo pensó ni un instante y que en alocada carrera saltó por encima de la barandilla como un pura sangre lo haría por encima de un obstáculo en el Grand National.
Una señora se sobresaltó en la calle al escuchar el estruendo tras de sí. El horrible sonido de casquería machacada le hizo recordar la vez que su madre cayó al suelo y se rompió la cadera. Se volvió con rapidez presintiendo que vería algo penoso y su temor resultó minúsculo frente a la visión de un cuerpo reventado contra el asfalto. Como un globo lleno de agua que al explotar esparce su contenido por todas partes, así lo recordaría más tarde. Había sangre en todas direcciones y, espachurrado contra el suelo, un setter inglés de color casi indescriptible, quedaba ante sus ojos desorbitados.
Pudiera ser que las palomas o pajarillos que siempre venían a posarse en la barandilla de su balcón le provocaran con sus aleteos. Podría ser que por unos momentos creyera ser tan ágil como un gato y que nada debía temer porque tendría tantas vidas como éste. Tal vez lo único que quisiera era jugar, o volar ¡por qué no! en el espacio que se abría en aquel gran horizonte que sus ojillos miraban con lánguida envidia. Quién sabe si no fue un acto desesperado de huida por no aguantar más aquella perra vida a que le sometía un amo cruel y déspota. Por qué no pensar que el dueño tuviera algo que ver en la caída. Al fin, quién puede negar que aquel salto representara una decisión reflexionada de un animal al que no le quedaba otro camino que el suicidio.
Todo quedó en la suposición de que el perro se precipitó al vacío tratando de alcanzar a unas palomas. Nadie preguntó al propietario si conocía otras causas posibles.

HABLADOR 20/05/0710:34

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